martes, noviembre 29, 2005

“El que golpea a una mujer nos golpea a todas”

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 29 de noviembre de 2005

El pasado viernes 25 de noviembre fue el día internacional de “No Más Violencia contra las Mujeres". Los movimientos de mujeres de América Latina y el Caribe, hace dieciséis años, institucionalizaron esta fecha para denunciar las diversas formas de violencia ejercidas contra las mujeres. En esa época, se escogió ese día en memoria de tres luchadoras sociales dominicanas Patria, Minerva y María Teresa Miraval, asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la dictadura de Leonidas Trujillo.

Desde la década de los 70’s se ha hecho un esfuerzo por hacer visible el fenómeno de la violencia contra la mujer y por crear conciencia sobre la necesidad de garantizar los derechos humanos de las mujeres y las niñas. Se ha tratado de dimensionar el problema, de cuantificar sus efectos y plantear soluciones.

El artículo 1º de la declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de las Naciones Unidas (1993), define como violencia de género:.."todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como privada". La violencia contra las mujeres no es sólo física, se refiere también al conjunto de hechos y situaciones de nuestra condición femenina (en lo político, en lo emocional, en lo afectivo o en lo intelectual).

A pesar del reconocimiento internacional del problema y las campañas contra la violencia, en muchos países, los casos de maltrato a mujeres y niñas han aumentado. Una de cada seis mujeres es maltratada cada 18 segundos, según la Organización Mundial de la Salud. De acuerdo con las Naciones Unidas, el número de casos de violación ha aumentado en casi todos los países.
En México, el 90 por ciento de los menores de edad, víctimas de palizas y abuso sexual, son niñas, quienes además reciben una alimentación inferior en calidad y cantidad a la de los niños y otros miembros de la familia (Fempress, 1998). En Nicaragua, los hijos de madres golpeadas tienen tres veces más probabilidad de requerir atención médica. Un 63 por ciento de los niños expuestos a violencia intrafamiliar repetirá por lo menos un grado escolar. En promedio, abandonan la escuela a los 9 años de edad. El 41 por ciento de las mujeres no asalariadas son golpeadas por sus maridos o compañeros (Banco Interamericano de Desarrollo, 1997).

En Colombia, el año pasado, se registraron 59.770 casos de violencia familiar, de los cuales las niñas y las mujeres son las principales víctimas. La tasa nacional de delitos sexuales contra mujeres es de 50 casos por cada cien mil habitantes. Pereira ocupa el sexto lugar en el país con 223 casos.

A pesar de todo lo que nos falta es importante reconocer a quienes han trabajado por nosotras. Gracias a las mujeres que han luchado por nuestros derechos, que se han dedicado por décadas a emprender acciones y movilizaciones contra la violencia y que han investigado sobre nuestras condiciones en el mundo. Ellas han entendido que: “El que golpea a una nos golpea a todas” (Aristegui, 2005).

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