martes, noviembre 15, 2005

¿Cómo formamos nuevos ciudadanos?

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 15 de noviembre de 2005


El concepto de ciudadano esta íntimamente ligado al de ciudad, pero su alcance supera los límites geográficos de las mismas. Somos ciudadanos de las regiones, de las naciones y del mundo. Desde hace mucho tiempo, en las ciudades antiguas y en los Estados modernos, los habitantes de una ciudad son sujetos de derechos y de obligaciones. No obstante, esa garantía de los derechos formales se ha quedado en meros enunciados. La sociedad no ha formado al ciudadano que los pueda ejercer.

Un nuevo siglo que apenas comienza es una buena oportunidad para reflexionar sobre los nuevos ciudadanos que necesitan nuestras democracias. Nuevos ciudadanos son aquellos que se renuevan en su manera de vivir en sociedad, de interactuar con los otros, sea con sus vecinos o con sus instituciones o con sus hijos. Sin embargo, lo más importante es garantizar el derecho a la educación y hacer de ésta un espacio en el que también sea posible preparar para la ciudadanía. La educación debe ser un proceso para aprender a pensar por sí mismo, para construir un pensamiento social independiente, para incorporar nuevas habilidades, actitudes, valores y competencias para participar activa, solidaria y responsablemente.

Los retos de una educación para la ciudadanía son cada vez mayores considerando aspectos tan determinantes como la gran movilidad humana. ¿Cómo generar sentido de pertenencia en una ciudad como Pereira cuya población inmigrante representa más del 46% de la población? O los avances científicos y tecnológicos, especialmente en las telecomunicaciones. Los niños se mueven en entornos virtuales que muchos casos no los comunica no los une, sino que les produce aislamiento. ¿Cómo construimos espacios virtuales que generen conciencia y compromiso en la solución de los problemas del mundo y de su entorno próximo?

El Instituto de Estudios Pedagógicos de Somosaguas (IEPS), la Fundación para el Desarrollo de la Cultura y muchas otras instituciones han implementado diferentes esquemas que incluyen o combinan, entre otros, nuevos contenidos desarrollados en ambientes apropiados. “Los medios son también el mensaje”, afirma el IEPS. Generación de competencias con capacidad para adaptarse a los cambios sociales y a los retos del desarrollo.

Ser buenos ciudadanos comprende valores. Esos valores parten del amor por el otro, por algo tan abstracto como la ciudad o la región. La solidaridad presupone el amor. No se es solidario con lo que no se ama. Los niños deben aprender a quererse y querer la ciudad donde nacieron o llegaron a vivir. Las políticas públicas deben abrir espacios en los que la gente pueda reconocer al otro y reconocerse. En algunos diseños arquitectónicos los niños son actores de primera línea. Hoy a los niños se les invita a pensar e imaginarse sus parques y a dar ideas sobre como pueden mantenerse limpios. Esos ejercicios vinculan activamente a los niños en la forma de hacer ciudad. Los niños serán el futuro de nuestra democracia. Los padres no deben acabar con las esperanzas de los hijos. Muchos padres hablan únicamente de lo malo, les dicen a sus hijos que todos los políticos son malos sin hacer ninguna diferenciación entre la politiquería y la política sana en la que tendrán la responsabilidad de participar.

Hay un protagonismo emergente de las ciudades, sus acelerados cambios sociales, económicos, urbanos, culturales o ambientales demandan nuevos ciudadanos capaces de dar respuestas innovadoras para encontrar solución a sus crecientes problemas.

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