martes, noviembre 24, 2009

Cinco Millones de Vidas

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 24 de noviembre de 2009

Las políticas de planificación urbana pueden tener un gran impacto sobre la seguridad urbana y por lo tanto, sobre la calidad de vida de los ciudadanos. La planificación y el diseño de espacios e infraestructura para la gente pueden prevenir la muerte de muchas personas, en los países en desarrollo y se podría tener un gran impacto en materia de salud pública.

Precisamente frente a este tema, la semana pasada, los siete bancos multilaterales de desarrollo, emitieron una declaración en la cual plantean un paquete de medidas que cada una de las instituciones pondría en práctica para reducir el alarmante aumento en la cantidad de heridos y muertos, que se producen en los sistemas viales de los países en desarrollo.

En los primeros 30 años de este siglo, se estima que se producirán más automóviles en el mundo que durante los primeros cien años de la industria automotriz. Como consecuencia, se aumentarán los riesgos y es necesario tomar medidas para prevenir las víctimas fatales y los heridos en los sistemas viales. Se prevé que las lesiones del tránsito vial serán la cuarta mayor causa de pérdida de años de vida saludable en los países emergentes y en desarrollo en el año 2030. Entre los años 2015 a 2030, serán la mayor causa de pérdida de años de vida saludable de los niños entre 5 y 14 años de edad, según las proyecciones actualizadas de la mortalidad mundial y morbilidad de la Organización Mundial de la Salud.

La disminución de las fatalidades y lesiones viales en los países de ingreso bajo y mediano, en la próxima década, implicaría el ahorro de una cifra estimada en 5 millones de vidas, y evitaría 50 millones de lesiones graves, de acuerdo con los cálculos del Fondo Global para la Seguridad Vial.

Los bancos reconocen la necesidad de ofrecer una respuesta sistémica y multisectorial al problema, sin embargo, este tema debe invitar a la reflexión en las ciudades, sobre el tipo de modelo de ciudad que están promoviendo, es muy diferente una ciudad para los carros, que una ciudad para los peatones con amplios espacios públicos y donde se promuevan métodos alternativos de transporte. Pereira debe hacer su propia reflexión, en los 5 millones de vidas que se perderán en la próxima década, sino se actúa, están incluidos algunos pereiranos.

jueves, noviembre 19, 2009

¿Pereira sin Aeropuerto?

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, jueves 19 de noviembre de 2009

El pasado domingo, Samuel Eduardo Salazar, ex presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros, capítulo Risaralda, invitó a la ciudadanía a participar en la definición del futuro de nuestro Aeropuerto Matecaña. Uno de los temas más importantes, no sólo porque compromete el futuro de uno de nuestros principales activos, sino también porque define la competitividad de Pereira y sus posibilidades como ciudad región.

Para la discusión, la Asociación de Ingenieros de Risaralda (AIR) solicita el Plan Maestro, que elaboró la Aeronáutica Civil, con todos los soportes que justifican el plan de inversiones para el Aeropuerto Matecaña. Para los pereiranos es importante conocer la opinión de la AIR y de diferentes organizaciones de la sociedad civil sobre el Plan Maestro que propone la Aeronáutica.

No podemos, como en el pasado, dejar pasar las cosas, sin ninguna reflexión y sin solicitar acciones concretas de los gobiernos locales. El ingeniero, Samuel Eduardo Salazar, recordó como el plan elaborado en el año 2002, durante el gobierno de Martha Elena Bedoya, para que el Aeropuerto cumpliera con las normas internacionales fue “desechado” por el anterior alcalde de la ciudad.

Se había definido, en ese momento, la necesidad de construir la vía de acceso al aeropuerto por el Barrio Nacederos, pero fue justo esa vía, la única necesaria para la ciudad, la que fue excluida del oneroso e innecesario paquete de obras de valorización que decretó la pasada administración.

Las prioridades para definir ese paquete de obras de valorización son un misterio. Ningún ciudadano entiende por qué se excluyó la vía que alejaba de todo riesgo la operación del Aeropuerto Matecaña y se incluyó la vía de acceso al Colegio La Salle o la vía Mercasa – Nuevo Sol. En la actual administración, sigue sin tenerse en cuenta, el acceso por Nacederos en los desarrollos viales del sector.

El error en la definición de prioridades para el futuro del departamento de Risaralda puede repetirse y puede volver a aparecer otro paquete de anillos o de vías, con cargo al erario público y al bolsillo de los pereiranos en los que se excluya nuestro aeropuerto. ¿Qué vía o anillo puede ser más importante que el Aeropuerto Matecaña? Podría ser mejor concesionar las vías o cobrar peajes urbanos para financiar su construcción y no concesionar el Aeropuerto Matecaña. Mención aparte merece despilfarro del gobierno nacional con Palestina, hoy Aerocafé.

martes, noviembre 10, 2009

Un Debate Pendiente

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 10 de noviembre de 2009

Los asuntos políticos internos y externos del país han desviado la atención sobre un tema fundamental: ¿cuál debe ser la estrategia de desarrollo del país no sólo para crecer, sino también para generar empleo y disminuir las desigualdades sociales?

La minería y el petróleo han ocupado los primeros lugares, este sector, en el 2008, creció tres veces más que la economía nacional. En el primer semestre lo hizo levemente por encima del 10 por ciento (en momentos de plena recesión). Las exportaciones en los últimos cinco años se multiplicaron por cinco. La inversión en este sector ha ido en aumento y el gobierno proyecta, para la próxima década, realizar inversiones por 47.114 millones de dólares (La República, 3 de noviembre).

Mientras este sector ha crecido, se ha aumentado el desempleo y la desigualdad, no por razones atribuibles a la política nacional, sino porque la mayoría de los países del mundo, que dependen de los recursos naturales, no logran llegar a ser desarrollados, por el contrario, se caracterizan por tener altas tasas de desempleo y una alta concentración del ingreso.

Moisés Naím, editor de la revista Foreing Policy, ha explicado claramente lo que se ha denominado “la maldición de los recursos naturales”. Desde 1975, las economías de los países ricos en recursos naturales, han crecido menos que las de los países cuyas exportaciones no dependen principalmente de estos recursos. Los altos ingresos de divisas contribuyen a mantener revaluadas las monedas de los países, perjudicando la competitividad de otros sectores productivos exportadores, que generan más empleo, como por ejemplo, las flores, las frutas o las confecciones.

El crecimiento de la industria genera nuevos puestos de trabajo, sin embargo, el crecimiento del petróleo no se refleja en la misma proporción en los niveles de empleo. En los países exportadores de petróleo, ese sector genera más del 80 por ciento de los ingresos totales, pero sólo genera el 10 por ciento del empleo.

La estrategia de desarrollo del país no puede girar alrededor del sector minero-energético, con una moneda sobrevaluada y un sistema financiero privilegiado. Ese sector puede completar la estrategia de desarrollo con una política fiscal, monetaria y cambiaria, diferente a la que se ha tenido, y con políticas de distribución del ingreso basadas en la educación y no en el asistencialismo.