La Tarde, martes 30 de enero de 2007
El proyecto del nuevo Plan Nacional de Desarrollo 2007-2010: “Estado Comunitario: Desarrollo para Todos” se encuentra en discusión. Cada nuevo plan debería ser una oportunidad para reflexionar sobre la estrategia nacional de desarrollo del país, sobre los retos que genera el proceso de globalización, sobre los logros obtenidos y sobre los desaciertos y los proyectos pendientes.
Lamentablemente, la participación en la formulación de los planes de desarrollo es muy baja. La pobreza económica, política y cultural, limita el debate público y la capacidad de construir colectivamente propuestas de desarrollo.
La mayoría de la población está tratando de sobrevivir, no tiene resueltas sus necesidades de subsistencia. El índice de pobreza en Colombia es de 49.2% (DANE, 2005), es decir, la mayoría de la gente no tiene condiciones para participar. Un sujeto, carente de medios de subsistencia, amenazado por la necesidad, no es libre, no tiene opción. Sólamente a partir de la superación material de su necesidad de supervivencia (abrigo, techo, comida) puede empezar a pensar en otra cosa diferente a superar su pobreza económica.
Los partidos políticos se han limitado a discutir los planes de desarrollo en el Congreso de la República y no durante todo el proceso de formulación. La opinión pública, hasta el momento, no conoce las propuestas de los partidos de la coalición de gobierno frente al nuevo plan de desarrollo. La práctica de preocuparse por lo burocrático y no por lo programático de los partidos tradicionales (liberal y conservador), la continuaron los nuevos partidos.
Lo ideal sería que los partidos, tuviesen unos centros de pensamiento fuertes que les permitiera presentar con buenos argumentos y bases sólidas propuestas para los planes de desarrollo. La participación en los gobiernos sería, entre otros, para tratar de implementar las propuestas que su partido impulsó en la formulación del plan sea en educación, salud, medio ambiente, etc. Los partidos u organizaciones políticas serían coresponsables del éxito o del fracaso de las políticas públicas en donde participan. Lo que ocurre normalmente, en lo local y en lo nacional, es que los partidos se limitan al clientelismo.
No hay cultura de la participación ciudadana en la formulación de los planes de desarrollo. El bajo nivel de capital social se refleja en la falta de participación en otras formas de organización de la sociedad civil (ONG, fundaciones etc.) que participan en la formulación y seguimiento a los planes de desarrollo. Los consejeros de planeación, que representan la sociedad civil, en los planes de desarrollo, también terminan asumiendo una representación personal y no institucional.