Para mejorar la calidad de vida, en las principales ciudades colombianas, es necesario asumir grandes retos que ameritan un cambio en las prioridades de inversión de los gobiernos locales, mejor coordinación con el gobierno nacional y sobre todo, mayor sintonía con las expectativas ciudadanas.
Lo anterior se concluye al analizar la presentación del informe comparativo de 14 ciudades del país, realizado la semana pasada, que reúne 130 indicadores, basados en encuestas de percepción ciudadana y en la recopilación de fuentes secundarias de información.
El 66% de la población colombiana viven en las ciudades. El estudio de Cómo Vamos, abarca el 37.4% de la población del país, un porcentaje significativo para orientar políticas e inversión de los planes de desarrollo y de ordenamiento territorial.
Los resultados de la encuesta muestran la necesidad lograr ciudades verdes y sostenible. Con inversión en más parques y espacios verdes se puede bajar el déficit de espacio público por habitante. Las políticas de movilidad necesitan más apoyo del gobierno nacional para fortalecer la integración del transporte público intermodal (buses, transporte masivo, bicicletas). No es positivo ni para la movilidad ni para el desarrollo sostenible, que en todas las ciudades haya crecido en número de vehículos y motos y no el uso de transporte público.
También se registran niveles de contaminación por encima de los estándares internacionales. Falta cultura ciudadana para reciclar en la fuente los residuos sólidos y para controlar el consumo de energía y de agua.
Más inversión en cultura permitiría una avance en términos de capital social y de capital creativo en las ciudades. La inversión en cultura por habitante es baja y registra grandes brechas entre ciudades, mientras Bogota tiene una inversión de 146.478 pesos y Medellín de 99.931, Pereira sólo tiene una inversión de 7.369 una cifra muy por debajo del promedio nacional que se encuentra en $112.366. Las ciudades con mayor inversión en cultura han logrado las mayores reducciones en las tasas de homicidios, sin embargo, ninguna ciudad se ajusta los estándares internacionales de la OMS (10 por cada 100.000 habitante).
Proyectos de inversión bien articulados con los municipios deben dirigirse a los jóvenes para disminuir el número de embarazos de adolescentes y aumentar la cobertura en educación media. Si se logran mantener los jóvenes en el sistema educativo se bajaría la presión sobre demanda de empleo y podría bajar la informalidad, que es otro de los grandes males de las ciudades.
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