martes, septiembre 30, 2014

Cultura, Creatividad y Economía







En diferentes partes del mundo se están identificando mecanismos que permitan medir el valor de la cultura para el desarrollo. Recientemente, los investigadores Justin O' Conner y Mark Gibson publicaron un trabajo titulado: "Culture, Creativity, Cultural Economy" (Cultura, Creatividad, Economía Cultural), el cual hace parte de un gran estudio sobre las ventajas comparativas de Australia y cuyo objetivo es orientar las políticas públicas y el desarrollo futuro de dicho país.

El estudio, aunque analiza las condiciones del sector cultural de Australia y sus potencialidades, arroja interesantes conclusiones para cualquier país, especialmente, para los países en desarrollo como Colombia. Muchos países le están apostando a impulsar la economía naranja, China es uno de ellos. Los chinos definieron como una opción, de alto impacto económico, la exportación de cultura a gran escala, soportada en una agresiva estrategia de inversión.

La investigación, en primer lugar, reconoce que el éxito de una sociedad depende de factores sociales y culturales y no sólo económicos como son: el funcionamiento de las instituciones democráticas, el espíritu colaborativo y la diversidad cultural.

En segundo lugar, asume la economía cultural en dos sentidos: como actividad económica generadora de empleo y ventajas comparativas y como soporte que genera significado y valores para el desarrollo de otros sectores. También como un medio para lograr ciudades seguras, abiertas, emprendedoras, tolerantes y atractivas para los inmigrantes bien cualificados y para la inversión. Igualmente, la cultura como un fin que contribuye a la calidad de vida, el bienestar y a la construcción de valores democráticos.

En tercer lugar, plantea la importancia de articular las políticas culturales con el desarrollo urbano y regional buscando la unión de esfuerzos entre el sector público y privado para reorganizar e integrar el sector cultural, que suele ser complejo, disperso, fragmentado y subrepresentado.

En cuarto lugar, se resalta la necesidad de promover la creatividad como parte fundamental del proceso educativo. Educación creativa, que seguramente deberá promoverse desde la primera infancia hasta la educación superior.

Por último, si se logra una mejor comprensión del papel de la cultura y de su capacidad para agregar valor a la sociedad y a la economía, se puede llegar a reconocer la cultura como un bien público como lo es la salud y la educación. www.adrianavallejo.blogspot.com








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