La semana pasada el Ministro del Interior presentó las alternativas para la financiación de proyectos para el departamento con los recursos del nuevo Sistema General de Regalías (SGR), que pretende promover la integración de municipios y departamentos, es decir, la financiación de proyectos regionales. El próximo año estarán disponibles $80 mil millones de pesos para Risaralda.
Se pretende también a través de este esquema de financiación de proyectos la aplicación de los instrumentos de asociatividad regional que trae la ley de ordenamiento y la ejecución de proyectos prioritarios para tener territorios competitivos capaces de enfrentar los nuevos tratados de libre comercio y la globalización en general.
Lo lógico sería que el país estuviese organizado por regiones competitivas pero en realidad no lo está, la división del territorio se realizó con fines político-administrativos en departamentos. Sin embargo, Antioquia y algunos departamentos de la Costa Atlántica han avanzado en los procesos de integración regional, lo cual facilitará la presentación y gestión de proyectos regionales los próximos años.
Por el contrario, Pereira no tiene una apuesta de región, no existe ni siquiera un consenso sobre los criterios para definirla. Esta discusión quedó sin conclusión durante el ejercicio de Prospectiva de Pereira al 2032, para algunos nuestra región natural por proximidad es el Eje Cafetero (Risaralda, Quindio y Caldas), para otros la región debe delimitarse a partir de sus condiciones ambientales y debe ser la Ecoregión (con municipios, entre otros, de Risaralda, Quindio, Caldas, Tolima), otros pensamos que la región debe ser una consecuencia de la estrategia de competitividad y debe incluir el Valle con corredores de la competitividad con salida al puerto en el Pacífico.
Preocupa en el caso de Pereira y Risaralda que no exista una visión compartida de región, un líder del proceso de integración con otros municipios y departamentos, una estrategia de largo plazo y unos programas y proyectos priorizados, para los próximos años, orientados a tener un territorio regional competitivo.
Sin claridad regional, los alcaldes y gobernadores se podrían apoyar mutuamente para cumplir con la ley y disfrazar los proyectos de regionales. Ojalá los departamentos mejor representados, que no ha sido el caso de Risaralda, en número y calidad de congresistas y ministros no sean, como ha ocurrió hasta ahora, los que más recursos del presupuesto nacional logren para sus territorios. El gobierno nacional no ha dado tampoco ejemplo a la hora de asignar el presupuesto a proyectos estratégicos regionales.
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