martes, junio 02, 2009

Reflexión

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 2 de junio de 2009

La reflexión que debe despertar los temas planteados, en los espacios en los cuales participó el doctor Enrique Peñalosa es, sí las inversiones que tiene planteadas la actual administración municipal son las más necesarias y las más significativas en términos de calidad de vida, “productividad urbana” y generación de empleo e ingresos.

La principal obra física de la actual administración es el anillo longitudinal. El proyecto se ejecutará con recursos del municipio. La obra surge como respuesta al problema de movilidad vehicular. La puesta en funcionamiento del Megabús y el crecimiento del parque automotor, hicieron de la movilidad uno de los principales temas de discusión, en el año 2007 y desde esa época se plantean soluciones viales, como el anillo longitudinal.

Para Peñalosa, nuevas vías o grandes autopistas, no solucionan los trancones porque entre más vías existan, más se llenarán de vehículos. Los trancones se generan no por el número de vehículos que transitan por las vías, sino por el número de viajes y la distancia que recorren los vehículos.

Las vías o los anillos, no sustituyen los problemas de movilidad que se generan por falta de autoridad y orden en las calles, es decir, la invasión del espacio público por vehículos, vendedores o elementos de publicidad, entre otros. Peñalosa resaltó que la concertación no puede servir de excusa para hacer cumplir la ley. Un gobierno no puede argumentar que no hace cumplir la ley porque está eternamente concertando con quienes la violan.

Si no se ha iniciado la compra de predios para la construcción del anillo longitudinal, sería importante impulsar y destinar recursos para otros proyectos, atractivos para la inversión privada y con mayor impacto en la calidad de vida de los ciudadanos, por ejemplo, el Parque Lineal sobre el Río Otún y la continuación de Ciudad Victoria sobre la zona de Egoyá, que hacen parte de los Proyectos del Sesquicentenario. Estos proyectos no sólo generarían ingresos durante su construcción, como el anillo longitudinal, sino después, porque atraen inversión en comercio, servicios, turismo y vivienda, al tiempo que ofrecen nuevos espacios públicos para  los ciudadanos de todas las edades y no solo para aquellos que tienen vehículo.

En Pereira no tenemos la capacidad fiscal para hacer lo que hizo Peñalosa en Bogotá con el presupuesto público. Debemos escoger entre unas obras u otras y compartir cargas y beneficios en los planes parciales, con los inversionistas privados y no sólo cargarle toda la inversión al fisco municipal. En Pereira hay que hacer gestión y cautivar la inversión privada.

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