domingo, febrero 06, 2011

El "Estado Niñera" II

El artículo de la semana pasada explica los argumentos y el soporte de las políticas públicas para la reducción de la pobreza a través de los Programas de Transferencias Monetarios Condicionados (TMC), que en Colombia se realizan a través del Programa de Familia en Acción. También se cuestiona los efectos negativos o inesperados que este tipo de programas pueden tener en la población más pobre. La discusión es muy importante porque el gobierno nacional ha anunciado que ajustará Familias en Acción y dará prioridad a la generación de empleo e ingresos.

Los programas de lucha contra la pobreza deben conservar su énfasis en la generación de capacidades a través de la educación, pero la asignación de los escasos recursos, dada la magnitud de la pobreza, debe orientarse hacia los programas sociales que tengan el mayor impacto en la disminución de la pobreza. La inversión en la primera infancia debe ser una prioridad del Programa Familias en Acción. El retorno social de la inversión, en términos de capacidades y reducción de la pobreza, es mayor si se logra que los niños entre los cero y los seis años tengan un nivel adecuado de desarrollo cognitivo y emocional, en un buen ambiente familiar y social.

En Colombia la atención a la primera infancia es muy baja. Mientras en América Latina la cobertura llega al 50%, en Colombia sólo llega al 25%. Para los sectores vulnerables, que constituyen la población objetiva de los TMC, el resultado en la implementación de las políticas públicas depende también de la articulación y coordinación interinstitucional entre las diferentes entidades que actúan en los respectivos territorios atendiendo la población en condiciones de pobreza y de miseria.

Darle prioridad a las estrategias de generación de empleo e ingresos, como lo pretende el gobierno, es un buen enfoque para lograr que los dineros invertidos generen procesos autónomos de desarrollo y no dependientes y asistencialistas. No obstante, estos procesos no son fáciles por la falta de educación y de formación de la población que se pretende volver emprendedora.

Surge entonces la pregunta: ¿cuáles deben ser los beneficiarios de los programas de emprendimiento para la generación de empleo? Un estudio del Centro de Estudios de la OCDE, sobre la clase media en América Latina (2.010), explica las relaciones entre el tamaño de una próspera clase media y un crecimiento económico a largo plazo, una mayor igualdad y una menor pobreza. La clase media en Colombia y en la mayoría de los países de América Latina no llega al 40% y es excluida de las políticas del Estado, que se concentran sólo en las clases bajas y en los incentivos al capital.

Las clases medias no pueden seguir siendo excluidas, también deben ser beneficiarias de los programas de emprendimiento y de generación de empleo, pueden convertirse en la base sobre la cual se apoye e impulse las políticas sociales para la reducción de la pobreza y pueden significar el primer paso al cambio del "Estado Niñera".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te falto decir que eres lesbiana