domingo, febrero 20, 2011

Corrupción y Dignidad


El humanista y presidente del bufete de abogados más importante de Europa, Antonio Garrigues, afirmó en una reciente entrevista para El Espectador que "la corrupción es una leucemia auténtica del sistema económico", realmente es una enfermedad que debilita todo el proceso de desarrollo social, económico y político de una nación. Garrigues resalta la importancia de que se produzca una regeneración ética. Propone una formación humanística, como basé para prevenir la corrupción e insiste en que ser ético es un buen camino para ser feliz.

Este año electoral en que ha salido a flote la corrupción en la contratación en Bogotá la reflexión de Garrigues es muy importante. Las revelaciones sobre el cartel de la contratación en Bogotá han llamado la atención sobre la trama de corrupción que se ha extendido por todo el país. El tema ha tenido mayor atención mediática, sin embargo, desde hace varios años todos los estudios sobre la corrupción han coincidido en señalar los sectores claves de la gestión estatal detrás de los cuales se han montado los llamados carteles, es decir, desde la prestación de los servicios públicos (agua, aseo, energía), pasando por las obras públicas y las zonas de permitido parqueo, hasta el recaudo de los impuestos municipales.

Los negociantes de lo público (desde el sector público y privado) han logrado permanecer en el mercado de la contratación sin que se logre detener su crecimiento. ¿Por qué no se emplea el mismo sistema para detectar operaciones de los narcos para rastrear los lavados de activos provenientes del robo al Estado que hacen muchos políticos y sus socios? (Juan Carlos Flores, El Tiempo, 18 de febrero). Faltan procesos de investigación eficaces para desenredar la trama de los carteles de la contratación y las sociedades de papel que se crean para soportarla. Un buen ejemplo de esa enredada trama de sociedades, de diferentes partes del país, la ha explicado con todos los detalles en este periódico, Carlos Andrés Echeverry para el caso de GESEP (I, II y III), constituida con la Empresa de Aseo en el año 2007.

La impunidad y la incapacidad del Estado para prevenir la corrupción es evidente en Colombia, pero lo que más sorprende es el poco rechazo que tiene la misma de la ciudadanía, la tolerancia y la aceptación como medio para que unas pocas personas construyan grandes fortunas. El desafío que plantea Garrigues es enorme, formar ciudadanos que sientan que ser ético es un buen camino y no ser indiferentes cuando se roban el Estado. La corrupción tiene un enorme costo social.

Cuando una persona es indiferente frente a otra que le ha robado al Estado, lo que esta en juego es su dignidad. Tal como lo señala Kant "la persona humana no tiene precio, sino dignidad...... aquello que constituye la condición para que algo sea un fin en sí mismo, eso no tiene meramente valor relativo o precio, sino un valor intrínseco, esto es, dignidad” (Metafísica de las costumbres). Los ciudadanos no debemos tener precio sino dignidad.

-- Desde Mi iPad

No hay comentarios.: