martes, julio 21, 2009

Sin Andenes

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 21 de julio de 2009

Bogotá al igual que Pereira registra un retroceso en materia de Espacio Público. En Bogotá zonas que habían sido recuperadas como el 20 de Julio, el sector comercial de Kennedy, la localidad de Chapinero, San Victorino, la calle 19 y la carrera décima (en el centro de Bogotá) y el barrio Restrepo, fueron invadidas nuevamente (El Tiempo, 19 de julio de 2009). En Pereira la nueva invasión del espacio público se concentra en el centro de la ciudad.

En las dos ciudades, los programas de reubicación implementados por las administraciones de Enrique Peñalosa en Bogotá y Martha Elena Bedoya en Pereira no tuvieron la debida continuidad, en ambas ciudades el tema se politizó, se instrumentalizaron políticamente los vendedores y el espacio público se volvió un tema electoral.

La reinvasión del espacio público no inició en las actuales administraciones, sin embargo, la caída en los ingresos de los hogares y la falta de control y de autoridad, han acentuado el problema de ocupación del espacio público y consecuentemente la pérdida de calidad de vida urbana.

Se trata de un tema que involucra derechos ciudadanos. El artículo 82 de la Constitución Política exige del Estado "velar por la protección de la integridad del espacio público y por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre el interés particular." La Constitución Política protege también el derecho individual al trabajo. No obstante, la responsabilidad del Estado incluye también la protección a la vida del peatón, hoy expuesta en Bogotá y en Pereira, donde los peatones tienen que desplazarse con los carros y las motos por las vías vehiculares.

En Pereira, la administración municipal, ha definido soportar la implementación del programa de recuperación del espacio público en estudios y para ello contrató a la Universidad Católica y ha formulado una propuesta concertada con los gremios y con los vendedores informales. El espíritu participativo del ejercicio no debe perderse en este momento que se están presentando las alternativas de solución. La propuesta de techar las peatonales y de entregarles el espacio público a 48 vendedores ambulantes por cuadra, merece revisión y consulta a la ciudadanía, en especial a los propietarios de los inmuebles afectados. Otras pueden ser las alternativas, que en cualquier caso, sólo serán sostenibles si coexisten con el control, el orden, la autoridad y los programas sociales.

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