martes, marzo 20, 2007

El Derecho a la Ciudad

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 20 de marzo de 2007

La ciudad es la gente, decían los filósofos griegos, sin embargo, “hemos construido ciudades sin ciudadanía”. Falta conciencia sobre la importancia de participar en los asuntos públicos que nos afectan y afectan los otros con quienes compartimos la misma historia o simplemente el mismo territorio.

En Pereira, muchos asuntos públicos que comprometen el futuro de los habitantes del municipio, pasan sólo por el Concejo Municipal, sin mayor discusión, como las conocidas concesiones (Aseo, Tránsito, Multiservicios) o el costoso e inequitativo derrame de valorización.

Contrasta con lo anterior, el interés que ha despertado, nuestro Aeropuerto Matecaña, en concreto la propuesta de la administración municipal de cerrarlo para invertir en Cartago, éste tema ha sido estudiado seriamente por la Asociación de Ingenieros de Risaralda y presentado la semana pasada en un foro que fue convocado por los medios de comunicación.

Quienes defendemos el pluralismo creemos que en las ciudades hay y debe haber muchas miradas, múltiples creencias, instituciones y organizaciones. Contrario a los que creen en el monismo, que consideran que sólo debe haber una sola idea. En el pluralismo político se reconoce la existencia de la diversidad en las prácticas sociales, institucionales e ideológicas.

En la ciudad debemos debatir más, en los parques, en las plazas, en múltiples escenarios públicos. Por eso, estoy de acuerdo con la defensa al ejercicio de la ciudadanía, que hizo el editorial del periódico La Tarde, el miércoles 14 de marzo, frente a la comunicación enviada, por el señor alcalde de la ciudad, donde sólo se acepta el escenario del Concejo Municipal para discutir las decisiones que afecten a los ciudadanos.

Atenta contra la construcción de ciudadanía las respuestas agresivas de la administración municipal. Se ha vuelto repetitivo que ante cualquier cuestionamiento u opinión diferente sobre un asunto de interés público se responde o descalificando a quien disiente o reduciendo los asuntos públicos a problemas personales o electorales y ahora se suma, que el único escenario válido para debatir es el Concejo Municipal.

En las sociedades pluralistas, la tolerancia implica el respeto mutuo, la práctica del diálogo permanente, el reconociendo del otro o de los otros que también son ciudadanos. La democracia local se construye aceptando la diferencia no luchando contra ella.

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