martes, enero 16, 2007

Microfinanciación y responsabilidad social de la banca

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 16 de enero de 2007

El gobierno nacional obtuvo, en el mes diciembre del año pasado, un préstamo por US $300 millones para promover la productividad empresarial y las inversiones en Colombia. El nuevo crédito del Banco Mundial tiene un plazo de pago de 17 años y 6 años de período de gracia. Se busca aumentar la competitividad del comercio exterior, fortalecer el sistema financiero y el mercado de capitales y mejorar las normas de calidad y el marco de innovación tecnológica.

Sería importante que un porcentaje alto de los recursos se destinara a promover la microfinanciación, mediante la cual se ofrece a los pobres una gama completa de servicios financieros que incluyen préstamos, ahorros, seguros y servicios de pago. Diferente del microcrédito que sólo incluye los empréstitos, la microfinanciación pretende incentivar a los pobres a utilizar todos los servicios del sistema bancario. Lo valioso del proceso sería poder incentivar también, en el país, el ahorro.

En las últimas décadas, se ha promovido la microfinanciación o el microcrédito como estrategia para generar empleo en los países en desarrollo, sin embargo, el impulso lo han dado los avances obtenidos en Asia Meridional, cuna de la microfinanciación y el Premio Nóbel de la Paz otorgado al profesor Muhammad Yunas y a el Grameen Bank por sus esfuerzos pioneros en ofrecer microcréditos a los pobres. Se estima que más de US$ 2.000 millones se destinan a la microfinanaciación en los países en desarrollo.

El microfinanciamiento permite la participación de amplios segmentos de la población en la economía, abre posibilidades a las personas para generar ingresos. Igualmente, disminuye inequidades por ingresos o por género. Con los microcréditos se financian pequeños agricultores o mujeres que sostienen sus propios negocios. Por ejemplo, en Bangladesh se beneficiaron en 1996 con microcréditos más de 6 millones de prestatarios pobres de los cuales el 90% eran mujeres. El Banco Mundial sostiene que el acceso al financiamiento contribuye a mejorar el nivel educativo, la nutrición, las condiciones de la vivienda y otras necesidades básicas de las familias beneficiarias.

Por todos los aportes de la microfinanciación a la lucha contra la pobreza y la inequidad, debería obligarse al sector financiero colombiano a cumplir su responsabilidad social ofreciendo unas tasas de interés moderadas y no las altas tasas de interés que les permitió el gobierno nacional. La resolución 2421 del 2 de enero del presente año, establece la posibilidad de cobrar una tasa del 41.5% anual para los créditos cuyos montos son bajos y están orientados a atender la política de la banca para los pobres. El porcentaje de los intereses comprende un 32% para la banca más una comisión del 9.5% para el gobierno (Sena y Fondo Nacional de Garantías).

La medida adoptada que debió disminuir las tasas para la microfinanciación, sólo la reversó para los créditos de consumo. En suma, para continuar protegiendo las grandes utilidades de la banca se permiten tasas de usura para la gente pobre.

No hay comentarios.: