domingo, noviembre 04, 2012

Gritos de una Bebe

Hace ocho días fue trasladada una bebe de cinco días de nacida al Hospital San Jorge, llegó casi desangrada y con una infección severa, producto de la mutilación de su clítoris. La bebe fue víctima de la ablación (mutilación genital femenina), una ancestral práctica de violación a los derechos fundamentales, que aún práctica la comunidad indígena, Embera Chami de Risaralda.

Cada día 8,000 mujeres y niñas son víctimas de la ablación en el mundo (UNICEF, 2011). Los casos se registran en su mayoría en Africa y en Asia. También en Colombia. (Risaralda y Valle del Cauca). Cuando las niñas mueren inmediatamente son enterradas y no queda registro de su muerte. No se sabe con exactitud cuantas niñas han muerto.

Lo que si se sabe es el sufrimiento de las bebes antes de morir. "La muerte se causa por colapso hemorrágico o por colapso neurogénico, debido al intenso dolor y el trauma, así como infecciones agudas y septicemia. Muchas niñas entran en un estado de colapso inducido por el intenso dolor, el trauma psicológico y el agotamiento a causa de los gritos" (UNICEF).

Los gritos de las bebes indígenas no han sido escuchados. Los mecanismos de presión social son insuficientes. Este año se han registrado 10 casos de niñas mutiladas, según la Consejería de Paz y Derechos Humanos de Risaralda (El Tiempo). Las niñas que no mueren pueden sufrir el resto de su vida por diferentes problemas causados por la "formación de abscesos y quistes; un crecimiento excesivo del tejido cicatrizante; infecciones del tracto urinario; coitos dolorosos; el aumento de la susceptibilidad al contagio del VIH/SIDA, la hepatitis y otras enfermedades de la sangre; infecciones del aparato reproductor; enfermedades inflamatorias de la región pélvica; infertilidad; menstruaciones dolorosas; obstrucción crónica del tracto urinario o piedras en la vejiga; incontinencia urinaria; partos difíciles; y un incremento del riesgo de sufrir hemorragias e infecciones durante el parto"(UNICEF).

La ablación es una cruel violación a los derechos fundamentales establecidos en la Constitución de 1991. Se trata del derecho a la vida, del maltrato y sufrimiento de un bebe, de los derechos humanos de las niñas, de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Registrar disminuciones en el número de niñas mutiladas en Risaralda no es suficiente, cuando existe suficiente presión social las respuestas de los gobiernos son más contundentes. No más bebes gritando, ni más niñas mutiladas, este caso sí justifica, una movilización social por quienes no tienen voz para defenderse.


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