martes, junio 10, 2008

¿Cómo se Ocupa la Silla?

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 10 de junio de 2008

¿Qué sigue después del entierro de la reforma política? ¿Cuál va ser el punto central de reflexión de la comisión de notables, que nombrará el gobierno nacional, para estudiar una reforma constitucional? La muerte de la reforma política no es un problema para el país, ese proyecto de ley no se debería haber tramitado, la reforma era superficial y los medios se encargaron se sobreestimar el poder de la figura de la “silla vacía”, para resolver el problema de legitimidad del Congreso de la República.

La silla ocupada por quienes obtienen curules, apoyados en el rey dinero, es el verdadero y antiguo problema de la democracia colombiana. El clientelismo, que es una forma de comprar conciencias, es un viejo problema que la reforma no abordaba, tampoco el control al enriquecimiento ilícito de los gobernantes-negociantes. Las diferentes y sofisticas formas de corrupción a las que se refiere el investigador, Luis Jorge Garay, no sólo se escapa a los controles de la reforma, sino también a los organismos de control, que no alcanzan a descubrir, las redes de negociantes y testaferros.

Los problemas del país no tendrían las dimensiones que tienen, sino fueran alimentados por grandes sumas de dinero. Colombia es el único país del continente con un grupo guerrillero, que continúa secuestrando y atacando la población civil, porque la guerrilla se financia con el narcotráfico, que es un negocio rentable. Los paramilitares crecieron enormemente por la misma fuente de financiación, de lo contrario, serían grupos pequeños con escopetas defendiendo fincas.

Lo mismo pasa con la corruptopolítica, si los corruptos cobraran sólo comisiones sobre los contratos de menor cuantía para limpiar las cunentas de una vía rural o para mantener los parques, no reunirían, las grandes sumas de dinero, que les produce las comisiones por las concesiones a largo plazo de los servicios del Estado o las negociaciones de inmuebles. Tanto los grupos armados como los corruptopolíticos, tienen que recurrir a testaferros para manejar los recursos que usan para mantener la captura del Estado.

Una reforma seria debe apuntarle a transformar la cultura política y el sistema electoral. De lo contrario, las sillas pueden volver a ser ocupadas por quienes financian sus campañas con dineros de grupos al margen de la ley o con el dinero de los negocios hechos con los bienes del Estado, sin que la sociedad por falta de cultura política los sancione moralmente, como lo debería de hacer. El punto central de reflexión no es la “silla vacía” es ¿cómo se ocupa la silla?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos puntos de reflección, yo agregaría era una reforma inconstitucional, se cayó por su propio peso, creo que hubo mas de estrategia política de la oposición que verdadera intención de cambiar las cosas.

Ricardo Tribin dijo...

Esa corruptela que bueno acabarla de un palmo.

Que verguenza tanta basura en la politica.

Buen post!!!!