La polémica generada por la realización del evento "Miss Tanguita", en el municipio de Barbosa (Santander), terminó en investigación por parte de la Fiscalía y la Procuraduría General de la Nación. El caso involucra no sólo a los funcionarios de la Alcaldía, sino también a los patrocinadores del sector privado que se vincularon al cuestionado evento.
"Miss Tanguita" se desarrolló en el marco del Festi-Río, que es la celebración anual del pueblo, en el segundo puente del mes de enero. El evento es un desfile que involucró menores de edad entre los 6 y los 10 años, las cuales desfilaron en traje de baño, en un espacio en el cual era permitido el consumo de licor.
Independientemente de los resultados de las investigaciones de los entes de control, las respuestas a los medios de comunicación por parte de la Alcaldía y de los padres de familia ameritan una reflexión sobre el papel del Estado y el uso de sus recursos y sobre la responsabilidad de los padres de familia frente al cuidado y la formación de las niñas en el país.
El Estado tiene la obligación de proteger los derechos fundamentales de las niñas y de promover eventos que valoren la riqueza cultural y patrimonial de los pueblos. Los escasos recursos públicos no deben destinarse a la realización de ningún tipo de desfile y menos, si los mismos, como ocurría en Pereira, involucra menores de edad. Todavía hay personas que consideran que los reinados o desfiles de los barrios es lo que el pueblo quiere consumir y lo que le otorga el carácter de popular a las celebraciones.
Los padres de familia tienen la responsabilidad de proteger a las menores de edad y de formarlas en valores y en principios basados, entre otros, en la educación, en la tolerancia y en el respeto a la diferencia. Los padres de familia también deben cumplir el Código de Infancia y Adolescencia. Las declaraciones de los padres de las niñas reflejan una gran influencia por parte de los medios de comunicación y de los patrocinadores y una aceptación tácita del valor de lo "consumible" así involucre a sus propias hijas.
Le corresponde al sector público dar ejemplo e iniciar un cambio cultural. Los consumidores también pueden diferenciar entre las empresas con responsabilidad social para la formación de niñas y entre aquellas que promueven "Miss Tanguitas" por todo el país.
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