domingo, diciembre 09, 2012

El Caso es de Hambre

"Invertir más y mejor en la agricultura es una de las maneras más eficaces para reducir el hambre y la pobreza en el mundo", afirmó José Graziano da Silva, director de la FAO, la semana pasada, durante la presentación del informe "Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación, 2012".

El informe reconoce que gran parte de la inversión en la agricultura ha sido realizada con recursos del sector privado, de los productores. Los agricultores invierten 170.000 millones de dólares cada año en el sector, que equivalen a una inversión de sólo 150 dólares per capita.

En las próximas décadas, se proyecta un incremento en la demanda de productos agrícolas. Si la oferta no crece en la misma proporción, se espera, no solo que suban los precios, sino también, la presión ejercida sobre los recursos naturales y por lo tanto, sobre la sostenibilidad ambiental.

Cada país deberá hacer su aporte para la reducción del hambre y de la pobreza en el mundo, aumentado la inversión en el sector agrícola. La agricultura en Colombia, al igual que en otros países en desarrollo, no pasa por su mejor momento.

Las recomendaciones de la FAO son importantes para que la agricultura recupere su espacio en las políticas económicas nacionales, hoy desplazada por la minería y otros sectores, donde el gobierno ha puesto sus principales apuestas.

El clima de inversión en el sector agrícola no es el mejor. Los niveles tan bajos en la tasa de cambio no son un incentivo para las exportaciones y la producción nacional compite con las importaciones de productos subsidiados y beneficiados por la revaluación del peso.

En la gran mayoría de los productos agrícolas ha disminuido la rentabilidad de los negocios. Los costos, principalmente de insumos, han crecido a una mayor proporción que los ingresos. No hay inversiones en infraestructura para disminuir la exposición al riesgo de los agricultores de los efectos del cambio climático, por ejemplo, para protegerlos de nuevas inundaciones. Adicionalmente, hay un deterioro en las condiciones de seguridad en las zonas rurales.

Por último, el informe de la FAO invita a priorizar mejor las inversiones en el sector, resaltando la inversión pública en investigación y desarrollo agrícola y en educación e infraestructura rural, como aquellas con mayor rentabilidad. Para reducir el hambre y la pobreza en el mundo es necesario recuperar el valor de la agricultura para el desarrollo nacional y regional. www.adrianavallejo.blogspot.com







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