martes, marzo 25, 2008

Las Trampas de la Informalidad

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 25 de marzo de 2008

Después del evento que congregó a todos los vendedores ambulantes en el Parque del Café, en el editorial de La Tarde sobre “El despeje del centro”, se afirmó que: “premiar al informal sin ejercicio de autoridad, envía un pésimo mensaje al resto de la sociedad, que es la que hace esfuerzos por hacer crecer la economía, aportando al desarrollo”. Se mencionan también, algunas de las actividades ilícitas detrás de las ventas informales, como “lavadores de dinero, negocios sucios, evasores de impuestos y ladrones de servicios públicos”.

En ese mercado informal, hay que agregar otras actividades económicas, en las cuales los primeros explotados son los pobres vendedores, que buscan en las ventas ambulantes una forma de sobrevivir. Los intermediarios de la economía informal son también los agiotistas, que cobran exagerados intereses por la plata que prestan a los vendedores. Los “dueños” de espacios en las principales vías de la ciudad, que negocian el espacio público, por los más altos precios por centímetro cuadrado en la ciudad.

La instrumentalización política de los vendedores ambulantes es otro factor de explotación. Los vendedores recurren a los políticos para conseguir nuevos espacios, conservar los que tienen o recuperar la mercancía que decomisa control físico. En nombre de “lo social” o de “el pueblo”, hacen acuerdos para permitir la ocupación del espacio público a cambio de votos.

Se requiere un gran esfuerzo para acompañar integralmente a los vendedores ambulantes y llevar la demanda a los lugares donde se han reubicado y se reubicarán. Lo que no es posible, es conducir el consumidor a los vendedores reubicados, si continúa la oferta en las calles.

Sería importante que se llevara al Parque del Café para sensibilizar otros actores que también invaden el espacio público, como los vendedores de publicidad exterior visual o los vendedores de carros y motos que también ocupan los andenes.

La “llave de oro”, que estuvo paseando sobre un cojín en las procesiones solemnes de la Semana Santa, podría recorrer los parques y las plazas de la ciudad para detener su deterioro. En el primer recorrido se darán cuenta que en Ciudad Victoria es necesario poner a funcionar el agua que recorre el Parque Lineal Egoyá, que la seguridad, que hasta diciembre pagaba la alcaldía, es importante para la tranquilidad de los peatones en ese sector, que el prado debe estar corto, para que los espacios públicos parezcan parques y no potreros para engordar ganado.

No hay comentarios.: