martes, enero 17, 2006

Mujeres, Desigualdad y Pobreza en América Latina

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 17 de enero de 2006


Como a muchas mujeres, me alegró la victoria de Michelle Bachelet, la primera mujer Presidenta de Chile. En América Latina, muy pocas mujeres han logrado llegar a la presidencia. Una mirada femenina, de una mujer preparada, será importante para asumir el reto de construir un modelo de desarrollo más equitativo para Chile. Las democracias de América Latina han empezado a reconocer el trabajo de las mujeres y el valor de su participación. Colombia seguramente también tendrá en pocos años la primera mujer Presidenta.

Bachelet se propone trabajar en uno de los principales desafíos de la política social en América Latina: reducir la desigualdad en la distribución del ingreso. Chile ha sido el país con mayores tasas de crecimiento económico en los últimos años y ha logrado reducir la pobreza, sin embargo, no ha logrado una distribución equitativa de ese nuevo crecimiento. Avanzar en la equidad es un gran reto en una región que, durante la última década, ha tendido a mantener y en algunos casos a aumentar la desigualdad.

América Latina, según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), ha registrado crecimientos en su Producto Interno Bruto (PIB), durante los últimos 3 años. El año pasado, el crecimiento fue del 4.3%, se disminuyó un punto el desempleo, la inflación continúo su tendencia a la desaceleración y se redujo la pobreza. No obstante, esta última sigue siendo extremadamente alta, el 40.6% de la población vive en condiciones de pobreza de las cuales, el 16% se encuentra en niveles de indigencia.

América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo. La brecha entre ricos y pobres ha aumentado en los últimos 10 años. El crecimiento ayuda a reducir la pobreza pero no es suficiente. Si la tendencia actual continúa, sólo 7 de los 18 países de la región cumpliría la meta del milenio, fijada para el año 2015, cuyo objetivo es reducir la pobreza extrema a la mitad.

El coeficiente de Gini (Indicador que mide la distribución de los ingresos entre los hogares), para la región, oscila entre 43.7 y 59.3, indicadores que reflejan una alta concentración del ingreso. Un país desarrollado como Noruega presenta un coeficiente de 25,8, es decir, es mucho menor la concentración del ingreso en los hogares más ricos de la población.

No es fácil el reto de Michelle Bachelet en Chile y de todos los países latinoamericanos de reducir la desigualdad. Tampoco será el trabajo de un sólo gobierno, necesariamente requiere el esfuerzo sobre factores estructurales como el acceso y calidad de la educación y del empleo, el sistema de protección social y con la manera como cada Estado maneje sus relaciones comerciales con otros países.

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El bosque natural no debe ponerse en riesgo. Por fortuna, la Ley Forestal regresará para una nueva discusión al Congreso. Una buena decisión del gobierno nacional. Un ejemplo de participación responsable de quienes lucharon por evitar que la ley fuera sancionada y un buen mensaje del Presidente que supo escuchar y reconocer las preocupaciones de los diferentes grupos.

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