martes, diciembre 13, 2005

No más compensaciones, ni donaciones: Necesitamos un comercio justo

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 13 de diciembre de 2005
Hoy inicia la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Hong Kong. Al igual que ocurrió antes de los encuentros realizados en Seattle y en Cancún, son pocas las expectativas sobre la posibilidad de avanzar para lograr un comercio justo. Este año se espera, con los 148 países, que asistirán a la reunión, que se pueda concluir la Ronda de Desarrollo de Doha que supuestamente impulsaría a los países en desarrollo, como Colombia.

Pascal Lamy, director general de la OMC, afirmó, que se logró avanzar muy poco para llegar con un borrador completo, de lo que podría ser el acuerdo final de la reunión en Hong Kong. “Salvo que un milagro ocurra, yo no veo nada que pueda surgir de Hong Kong..” dijo Jagdish Bhagwati, especialista en comercio, del Consulado de Relaciones Internacionales, en Nueva York.

Joseph Stiglitz, ganador del Premio Nobel de economía en el 2001, considera que, en términos de lograr un acuerdo que fomente el desarrollo de los países pobres, la reunión será un fracaso. No obstante, el economista resalta la posibilidad, para los países en desarrollo, de usar el mecanismo adoptado en la ley de comercio internacional durante la Ronda de Uruguay, en el año 2001. Dentro de las reglas establecidas quedaron prohibidos los subsidios, que otorgan los Estados Unidos y Europa, a sus productos agrícolas.

Los países en desarrollo, deben insistir en que los subsidios son ilegales, ese debe ser el punto de partida de cualquier negociación comercial. Por eso, resulta poco razonable, que Colombia proponga para compensar las desigualdades que generaría el Tratado de Libre Comercio, en el sector agropecuario, establecer una especie de subvención interna. No tiene sentido utilizar los recursos del presupuesto nacional para asumir el costo que las distorsiones en los precios establece Estados Unidos, al no cumplir con las normas de la OMC.

En diferentes productos las distorsiones de los subsidios son enormes. En el algodón, por ejemplo, desde 1990 que los subsidios dados por Estados Unidos empezaron a crecer, las exportaciones de ese país pasaron de representar el 17% del comercio mundial al 41% en el año 2003, tiempo en el cual el precio del algodón se ha bajado a más de la mitad, afectando en sólo Africa Occidental, a más de 10 millones de personas que viven directamente del algodón. Los cultivadores de países como Burkina Faso, Brazil, India, Mali y Pakistan han perdido, en los últimos cuatro años, por efecto de los subsidios, más de US $23 billones.

Burkina Faso, uno de los países más pobres del mundo, recibe donaciones de Estados Unidos por US $ 10 millones al año, pero las pérdidas estimadas en su producción de algodón, generadas por los subsidios de Estados Unidos, son de US $ 13.7 millones.

El sistema multilateral que gobierna el comercio internacional permanece desigual en favor de Estados Unidos y Europa. Un fracaso continuado de las rondas de comercio mundial o acuerdos inequitativos, significan para los países en desarrollo mayor pobreza. Detrás de las negociaciones hay consecuencias humanas reales. Las familias en los países, que dependen de la agricultura, aguantan hambre cuando no pueden vender sus productos.

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