martes, enero 26, 2010

¿Qué estamos haciendo?

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 26 de enero de 2010

Hace 11 años, Pereira sufrió las consecuencias de un fuerte terremoto, hoy el mundo entero esta conmocionado con la tragedia que ocasionó el terremoto en Haití. Las pérdidas humanas, el sufrimiento de los heridos, las enfermedades, el costo social y económico son sólo algunas de las consecuencias de los desastres naturales.

La coyuntura debe servirnos para reflexionar sobre las políticas, los programas y los proyectos para evitar el cambio climático y para la prevención y la atención de desastres. ¿Qué proyectos se han ejecutado y se están ejecutando para prevenir y atender adecuadamente los efectos de un sismo en la ciudad de Pereira? ¿Qué proyectos han tenido continuidad y cuáles han sido abandonados con los cambios de administración? Una investigación al respecto sería importante para formular un plan de largo plazo con financiación garantizada.

Entre el año 2001 y el año 2003 se realizaron varios estudios y acciones, entre ellas la adopción de cinco protocolos por sismos, deslizamientos, inundaciones y atentados terroristas, se construyó el registro histórico de los desastres, se elaboraron ocho mapas de desastres históricos, se realizaron cuatro estudios de vulnerabilidad sísmica (Bomberos, Cruz Roja, Aeropuerto y Casa Campesina) y el inventario de viviendas en zonas de alto riesgo en 48 barrios de la ciudad.

En la mayoría de los informes de gestión no se incluyen los resultados en materia de prevención y atención de desastres, por lo tanto, es difícil evaluar lo que se hizo en toda la década pasada, después del terremoto del año 1999. Tampoco se puede determinar la participación que tiene estos proyectos dentro del presupuesto municipal.

¿Qué equipo humano tenemos preparado para atender una emergencia? ¿Qué infraestructura tenemos disponible? ¿Qué pasaría con el Hospital San Jorge? Existe una gran debilidad institucional para ejecutar los proyectos, lamentablemente el departamento ha perdido personas idóneas en la materia, por ejemplo, Ana Campos y no ha invertido suficiente en la capacitación y en la formación de las personas que soportan la administración municipal. Para concluir, es necesario saber qué estamos haciendo ahora en materia de prevención y atención de desastres.

martes, enero 19, 2010

Participemos

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 19 de enero de 2010

¿Qué significa un año electoral? Para muchos no significa nada, a pesar de que este año se elige el Presidente de la República y el nuevo Congreso (Cámara de Representantes y Senado), muchas personas no se interesan por conocer los candidatos, su trayectoria, sus ejecutorias, sus equipos o sus propuestas y no salen a votar. Unos pocos deciden por las mayorías que son indiferentes frente a los procesos electorales.

Las personas no se identifican con los partidos políticos, prefieren criticarlos y no hacer parte de ellos para mejorarlos. El ejercicio de la política activa se convirtió en la tarea de unos grupos y no en el ejercicio constante de todos los ciudadanos para vivir mejor en sociedad.

Las discusiones de la reforma política reflejan las debilidades de la democracia colombiana, uno de los temas de discusión era el transporte del día de las elecciones. Si la democracia funcionara, como debe ser, los movimientos políticos no se tendrían que preocupar por transportar los electores, ellos deberían llegar solos a las urnas a ejercer su derecho al voto. Otro tema es la financiación de las campañas. El dinero en las campañas descresta, en primer lugar a los medios de comunicación y después a los electores. Los candidatos que califican como “fuertes” son los que tiene mucha plata, sin importar de donde provenga (mordidas a los contratos, grupos al margen de la ley, etc.)

Ante la falta de cultura ciudadana con vocación democrática es necesario persistir en la promoción de la participación para recuperar la confianza en el sistema electoral y para fortalecer las instituciones democráticas. Para pasar de una sociedad pasiva a una sociedad activa se necesita generar conciencia sobre los derechos y los deberes ciudadanos, despertar el sentido de pertenencia por la región, fortalecer la identidad con propósitos colectivos, promover la tolerancia frente a la diferencia y el tejido de lazos de solidaridad entre la comunidad.

Dependiendo de los resultados de las elecciones, en marzo y en mayo de este año, se podrá o no avanzar en el fortalecimiento de las instituciones públicas. El voto es el futuro de la gente, por eso la gobernanza democrática es una las estrategias para lograr los objetivos de desarrollo del milenio, es decir, para lograr disminuir la pobreza y la inequidad social.