martes, septiembre 22, 2009

¿Para qué sirven los bancos?

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 22 de septiembre de 2009

Uno de los principales retos en las políticas de desarrollo para los países y los hogares de menores ingresos es: ¿cómo generar capital sin capital? La respuesta ha cobrado importancia sobre todo cuando se reconoce que el acceso al crédito es parte de las estrategias para la reducción de la pobreza.

La gran mayoría de las personas en el país, que hacen parte de los segmentos socioeconómicos bajos y medios de la población no tienen acceso al crédito. En este grupo de población se encuentran personas que dependen de actividades informales o de empleos formales de baja remuneración o de corta duración. La inestabilidad en sus ingresos y la falta de políticas y de reformas para que esos grupos accedan a los servicios financieros, los excluye y limita sus posibilidades de salir adelante.

La falta de acceso al crédito es un problema viejo que ha obligado a la gente a recurrir a los llamados “gota a gota”, que cobran tasas superiores a las de usura y terminan acabando con el poco ingreso disponible de los hogares más necesitados. Sin embargo, esa ausencia del sector financiero, hoy muestra otra cara, los bajos rendimientos que pagan los bancos a los ahorradores, entre otros, llevó a la gente a entregar su plata a las famosas pirámides o captadoras ilegales de fondos.

En plena crisis mundial, en Colombia contrasta, la baja en la producción de las empresas, la disminución de las remesas, la situación de la gente sin empleo o sin ingresos, con los grandes aumentos en las utilidades del sector financiero. Los amplios márgenes de intermediación en Colombia, les permite tener esas ganancias, pagan muy bajos intereses a los ahorradores y cobran altas tasas de interés a unos pocos que tienen acceso al crédito porque cuentan con todas las garantías para que los bancos no corran ningún riesgo.

El país si necesita reformar profundamente el sector financiero. Se podrían combinar dos mecanismos: uno de mercado que abra más la competencia que tienen actualmente las instituciones financieras obligándolas a mejorar la calidad y el precio de los servicios que prestan y otro de intervención estatal que establezca topes a los márgenes de intermediación y que permita la bancarización rentable y responsable de los hogares de bajos recursos y de los microempresarios. Los bancos pueden asignar una porción de sus utilidades para masificar e innovar en las micro finanzas.

martes, septiembre 08, 2009

Las Disculpas No Generan Empleo

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 8 de septiembre de 2009

El desempleo sigue aumentando en el Área Metropolitana de Pereira. Los resultados de la última encuesta continua de hogares del Departamento Nacional de Estadística (DANE), la ubican, nuevamente en el primer lugar en materia de desempleo con una tasa del 21,5%; una tasa de ocupación del 50,7%; una tasa de subempleo subjetivo del 22,4% y una tasa de subempleo objetivo del 9,2%.

La mala noticia generó una serie de reacciones y comentarios bastante curiosos: se cuestionó la metodología del DANE, que es una metodología internacional aplicada con rigor por una entidad idónea. Algunos afirmaron que ese aumento no es culpa del alcalde de Pereira. Otros que hay que esperar para ver los resultados de las medidas de choque.

Realmente, falta profundizar en la identificación de las causas que están generando tanta presión en el mercado laboral del Área Metropolitana y conocer cuales es el peso relativo de cada una de ellas. Se establecen como posibles causas, la disminución en las remesas, que ha sacado nuevas personas al mercado laborar para compensar los menores ingresos de los hogares. También se menciona la condición de Pereira como ciudad receptora de inmigrantes en busca de empleo o la disminución en el número de puestos de trabajo, por la pérdida de dinamismo de ciertos sectores como la construcción, entre otros. Sin embargo, por falta de Observatorios o Centros de Investigación, los medios sólo pueden hacer eco de las percepciones de los actores frente al tema.

La situación podría aprovecharse para revisar las estrategias de largo plazo que se han definido en los Planes Regionales de Competitividad (PRC), en los cuales se abordan elementos estructurales para la generación de empleo, se definen metas al 2032 para Risaralda y se busca armonizar los esfuerzos locales con la Política Nacional de Productividad y Competitividad. Hasta el momento no se conoce ninguna evaluación sobre el plan o una propuesta para modificarlo o ajustarlo a las nuevas demandas de empleo en el departamento.

Por último, es necesario revisar los esfuerzos de inversión pública para este año y el próximo. A la política anti-cíclica del gobierno nacional le faltan ingredientes, no se trata sólo de adelantar la ejecución de obras públicas, se necesita que los recursos públicos sirvan de motor para motivar la inversión privada. En este sentido vale la pena revisar el costo de oportunidad de la obra del anillo vial en Pereira. Adicionalmente, los proyectos de inversión del departamento y de los municipios para el 2010, deben orientarse a buscar la cofinanciación del gobierno nacional y de los organismos internacionales. En otras palabras, para generar empleo se necesita que rinda más, la poca plata disponible para invertir.

martes, septiembre 01, 2009

Desafíos por Asumir

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 1 de septiembre de 2009

La pobreza y la indigencia han disminuido en Colombia, según los resultados publicados por la misión de expertos conformada por técnicos del Departamento Nacional de Estadística (DANE), el Departamento Nacional de Planeación (DNP), la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y el Banco Mundial.

La pobreza es reflejo de la falta de ingresos que tiene una persona u hogar, que limita el acceso a ciertos servicios básicos o a la la compra de bienes mínimos necesarios para cubrir las necesidades alimentarias, de salud, de educación, de vestimenta, de vivienda y de transporte de los miembros de un hogar.

La metodología internacional para medir la pobreza clasifica una persona como “indigente” cuando el ingreso es inferior al valor de una canasta básica de alimentos y como "pobre" cuando el ingreso por habitante de su hogar es inferior al valor de la "línea de pobreza" o monto mínimo necesario que le permitiría satisfacer sus necesidades esenciales no sólo alimentarias.

La pobreza en el nivel nacional se redujo 7 puntos porcentuales entre 2002 y 2008 (de 53,7% a 46%), mientras que la indigencia nacional se redujo 2% en el mismo periodo (de 19.7% en 2002 a 17.8% en 2008).

En las trece áreas metropolitanas, la pobreza disminuyó casi 10 puntos porcentuales entre 2002 y 2008 (pasa de 40.3% a 30.7%). La indigencia muestra una caída de 2.6 puntos (de 9.4% en 2002 a 6.8%) en 2008. En el resto del país la pobreza cayó 4.1 puntos porcentuales en el periodo 2002-2008 (de 69.3% a 65.2%). La indigencia, pasó de 32.5% a 32.6%.

Como lo han demostrado diferentes estudios del Banco Mundial, el crecimiento económico tiene impactos positivos en la reducción de la pobreza. La confianza y el crecimiento de la inversión en el país, durante el gobierno del presidente Uribe, han contribuido a disminuir el número de personas pobres en Colombia. Sin embargo, faltan políticas para tener una sociedad más equitativa, el resultado en el 2008, medido por el coeficiente de Gini, es igual al dato registrado en 2002 (0.59), es decir, no hubo ningún avance para reducir las desigualdades.

Los gobiernos locales en la próxima década tienen que jugar un papel más activo en la lucha contra la pobreza. Existe un consenso generalizado que las metas de desarrollo del Milenio propuestas por las Naciones Unidas, para la reducción de la indigencia hacia el 2015, sólo serán posibles si las economías de los países logran reducir la pobreza, mediante una mayor sostenibilidad urbana.