martes, junio 26, 2007

Caos Urbano

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 26 de junio de 2007

En Pereira hay un caos urbano. En el centro la gente no tiene por donde caminar, la contaminación auditiva y visual es enorme, los accidentes de tránsito han aumentado, el transporte público no funciona óptimamente, los trancones son permanentes y la contaminación atmosférica, sigue sin políticas para prevenirla.

El aumento creciente de la invasión del espacio público dejó nuevamente a la ciudadanía sin calles por donde caminar, con frecuencia se observan personas de la tercera edad caminando por la vía en medio de los carros, porque ya no existen andenes para la gente. El contrabando, que es una de las causas de la pérdida de empleo formal de las empresas, invade cada día más los andenes. Los intermediarios (mayoristas y agiotistas) obtienen, en la mayoría de los casos, el usufructo del trabajo de una gente vulnerable por falta de ingresos.

La contaminación auditiva en Pereira es muy alta. De acuerdo con el informe de la Contraloría del año 2005, el promedio de presión sonora de la ciudad en decibeles es de 74.8, sobrepasando la norma (Resolución 8321/83) que establece un máximo de 70 decibeles. La contaminación visual ha estado en aumento en los últimos años, especialmente por la proliferación de vallas. Las entidades públicas del orden municipal han optado por promocionarse de manera exagerada a través de ese medio. Menos tala de árboles, menos vallas y más árboles disminuye la contaminación de la ciudad.

En los últimos tres años, los accidentes de tránsito han aumentado. De acuerdo con el informe de la oficina de prevención vial, los accidentes en motocicletas han aumentado, por falta de control. Las campañas preventivas y el control han fallado para continuar disminuyendo, como ocurrió hasta el año 2003, los índices de accidentalidad.

El tránsito y el transporte no han tenido en la ciudad un tratamiento integral. La ejecución de las obras no ha sido producto de un análisis de prioridades que permita una adecuada integración de soluciones para la movilidad alternativa, los peatones o el transporte público y privado. Por ejemplo, el Megabus, necesitaba unas soluciones viales complementarias. Sin embargo, sin ningún análisis de prioridades y necesidades, la administración municipal inició la ejecución de un paquete de obras viales en el sur occidente, cobradas a la gente por valorización.

A pesar de todo lo anterior, podemos imaginarnos una Pereira donde la gente pueda caminar tranquilamente, donde la gente pueda conversar, donde los niños puedan jugar en los parques, donde no haya tanto ruido, donde la gente se desplace en bicicleta, donde siembren más árboles, donde se pueda respirar aire limpio. Para lograrlo, necesitamos más cultura ciudadana, pero indiscutiblemente, también orden y disciplina y por supuesto, alguien que pueda ejercerlos.

martes, junio 19, 2007

Concesiones Sociales

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 19 de junio de 2007

En 1997, durante la primera administración municipal del alcalde Juan Manuel Arango Vélez, se entregó en concesión un número de calles, (51) a la firma Daytona para que explotara su uso. Desde esa época el negocio adelantado por la administración municipal sólo ha recibido críticas. En el año 2005 se completaban los 6 años del período de la concesión.

Terminada la obligación contractual, se esperaba que la administración municipal evaluara nuevas alternativas, dado el pobre balance a favor de la ciudad y el municipio, durante todos esos años. Sin embargo, se presentó nuevamente al Concejo Municipal, un proyecto de acuerdo solicitando facultades para continuar la concesión de las vías públicas de la ciudad. Desde el año 2005 se han hecho prórrogas al contrato y ahora se pretende adelantar otra concesión por 6 años más, es decir, al año 2013 se completarán 14 años de concesión.

El “debate” en el Concejo Municipal sirvió para mostrar la poca retribución a la ciudad del negocio de las zonas azules. En términos económicos, los ingresos del municipio son muy bajos comparados con los ingresos del concesionario, por ejemplo, en el año 2005, el recaudo total fue de $574 millones, y al municipio sólo le correspondieron $86 millones (La Tarde, octubre 2006). Sin mencionar la fragilidad del sistema para controlar el recaudo del concesionario.

En términos de amoblamiento urbano, la concesión no dejó nada, ni en vías o andenes, ni siquiera en los parquímetros que supuestamente se debían instalar. La lógica del negocio de las concesiones se basa en el esfuerzo financiero que el concesionario asume en la etapa inicial, por ejemplo, construyendo una vía, un parqueadero o realizando inversiones en equipos. El concesionario recupera la inversión explotando por el tiempo necesario el negocio y al final, el ente público recibe los bienes. En el caso de Daytona la inversión ya estaba hecha, las vías estaban construidas, el negocio se empezó a explotar sin ningún esfuerzo económico del concesionario. En otras palabras, el contrato fue más una intermediación laboral, que de acuerdo a lo denunciado en el Concejo Municipal, tampoco se hizo respetando la ley.

La cifra del negocio total superará los $ 10.000 millones de pesos, pero más allá de las consideraciones económicas, la decisión de la concesión tiene un costo de oportunidad mayor para la ciudad, por sus implicaciones para las políticas del plan de ordenamiento y por el tratamiento aislado que se le está dando a un asunto que debe ser parte integral de un Plan Maestro de Movilidad, que supuestamente existe, pero que nadie conoce.

Si el “Plan Maestro de Movilidad”, es coherente con el Plan de Ordenamiento de Pereira y si en ambos se determinara, que en algunos puntos son necesarias las zonas azules, deberían ser cooperativas conformadas por personas de Pereira, las que puedan usufructuarse del negocio, grupos vulnerables, como las madres cabeza de hogar o los discapacitados y no una firma privada de otra ciudad, como ocurrió con las concesiones de la Empresa de Aseo y la Empresa Multiservicios.

martes, junio 12, 2007

Ciudades Verdes

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 12 de junio de 2007

Los problemas ambientales de Bogotá se discuten hoy, en diferentes escenarios e incluso hacen parte del debate electoral. En la medida en que crece el sector de opinión en las ciudades, se puede castigar en las elecciones, la corruptopolítica (ver www.adrianavallejo.blogspot.com) y mejorar el nivel de las discusiones sobre los temas del desarrollo.

Infortunadamente, Pereira, contrario a madurar políticamente, como lo ha hecho la capital, ha empezado a parecerse más a las ciudades de la costa. La agenda del debate la ocupan las denuncias por trasteo de votos, participación en política de los gobernantes y la múltiple militancia (aquí hay más que doble militancia, hay dirigentes que apoyan un candidato a la alcaldía del Partido Liberal, uno a la gobernación del Partido Conservador, otro al Concejo de Colombia viva etc.).

Pereira debe sintonizarse con la tendencia ambientalista y empezar a construir conciencia y responsabilidad con el mundo en que vivimos. Todas las ciudades, deben darle mayor importancia a los temas ambientales en los planes de desarrollo. Para el año 2030, se calcula que más de la tercera parte de los seres humanos no tendrá suficiente agua para beber, o muchos podrán morir por tomar el agua disponible. No solamente el agua será un recurso escaso. Se estima que a los niveles de producción de hoy, debe quedar una reserva de cobre para 28 años, una reserva de plomo para unos 21 años, de plata para 17, y de estaño para 37 años (Instituto Internacional para el Ambiente y el Desarrollo).

El consumo de energía en el mundo creció más del 400%, en la última mitad del siglo XX, un incremento muy superior al crecimiento de la población. Países como China e India proyectan un crecimiento de sus clases medias para las próximas décadas, que de acuerdo con Zolli, estará acompañado de un crecimiento geométrico de sus demandas energéticas. Adicionalmente, China es la segunda fuente más grande de emisiones de CO.

El consumo humano sobrepasó la capacidad regenerativa del planeta en 1980, es decir, estamos empujando los sistemas mucho más allá de su propia capacidad, según la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Muchas ciudades del mundo están despertando, son conscientes de su responsabilidad con el desarrollo sostenible e incluso han encontrado grandes ventajas en los trabajos por el medio ambiente. Para tener el consumidor consciente, que paga por bienes y servicios amigables con el medio ambiente, para tener empresarios que piensen en innovaciones no sólo lucrativas, sino también que ayuden a proteger el planeta, es necesario construir el ciudadano consciente de su responsabilidad con la ciudad, que pueda mirar el futuro con seguridad y confianza.

martes, junio 05, 2007

Inseguridad Urbana

Adriana Vallejo de la Pava
La Tarde, martes 5 de junio de 2007

En diciembre entrará en funcionamiento la línea de emergencia 1 2 3 un mecanismo, que ya opera en otras ciudades, y permite que en una sola línea se atiendan todos los servicios de emergencia. La policía contará con un sistema integrado que agilizará la atención de emergencias y permitirá ubicar, inmediatamente, el sitio de donde provienen las llamadas. Todas estas herramientas de apoyo, como las cámaras de seguridad, son importantes, sin embargo, ponen a prueba la capacidad de reacción de los organismos de seguridad y las políticas de seguimiento permanente a los resultados. Con las cámaras de seguridad, ninguna de estas dos condiciones ha sido satisfactoria.

El crimen y la violencia continúan siendo uno de los principales problemas urbanos en Pereira. Los resultados en materia de seguridad, a pesar de los esfuerzos hechos, son muy pobres en los últimos tres años. El número de homicidios desde el año 2003 al año 2006 sólo ha disminuido un 2%. Entre el año 2000 y el año 2003 la disminución fue del 14% (Instituto de Medicina Legal). Pereira es la tercera ciudad en número de homicidios en el país (La Tarde, 1 Abril de 2007). Mientras en otras ciudades como Bogotá, la disminución en el número de casos de homicidios, continúo por varios años, en Pereira, prácticamente en esta materia no se avanzó.

La ciudad debe garantizar mejores condiciones de seguridad y mostrar mayores resultados en los próximos años, para lo cual sería importante, entre otros:

Construir capital social para la seguridad y la convivencia pacífica. Los mecanismos sociales de prevención y reacción contra la inseguridad, dependen del nivel de capital social de cada comunidad. De ella depende la capacidad de organizar grupos de apoyo, redes de ayuda, extender lazos de confianza y de solidaridad con los vecinos.

Promover una política activa de prevención del crimen y los delitos. Informar a través de diferentes medios a la ciudadanía, para tomar todas las medidas de precaución necesarias. Por ejemplo, a través de la Internet divulgar formas de robo para que la gente no caiga en la trampa de los delincuentes. Utilizar medios masivos de información sobre las víctimas de hechos violentos, para disminuir los riesgos. En otras palabras, se trata de aumentar la autoprotección.

Mejorar la dirección y coordinación de las diferentes instancias de seguridad y los distintos actores. La falta de continuidad de los comandantes de policía y los secretarios de gobierno, dificulta la implementación de planes estratégicos de largo plazo y el seguimiento a los resultados.

Diseñar nuevos espacios urbanos, con más lugares de encuentro que faciliten la convivencia y la lúdica. Mejorar la iluminación de las calles y los parques para aumentar la calidad de vida y disminuir las oportunidades de cometer actos criminales.

Fortalecer los procesos educativos en resolución pacífica de conflictos. La mayoría de los casos de violencia resultan de la cotidianidad, de la incapacidad para resolver las diferencias a través del diálogo, de la falta de tolerancia. Nuevas formas de comunicación son necesarias para encontrar alternativas pacíficas de solución a los conflictos.